sábado, 14 de agosto de 2010

Iniciación Deportiva (II): Aproximaciones al proceso. Principios básicos.


Sugerencias para lograr una mejor comprensión de esta Entrada:

  • Abórdese en primera instancia el contenido de los 13 cuadros temáticos. Los mismos guardan estrecha vinculación entre sí, remitiéndose al tema central, "Principios Básicos a tener en cuenta en la Iniciación Deportiva" (esto sin dejar de lado los conceptos de libertad de elección, iniciación, acervo motor, etc.)

  • En segunda instancia se sugiere la lectura de tres Resúmenes de disertaciones y ponencias en congresos, cuyo contenido presenta relaciones.

  • Y, en tercera y última instancia, se solicita al lector que trate de establecer un correlato entre los conjuntos de gráficos y textos, o de ciertos gráficos y textos entre sí, o de ciertos gráficos y ciertos párrafos de texto entre sí.

1. Conjunto de gráficos temáticos. Evento de origen:

III CONGRESO NACIONAL “EL NIÑO Y EL DEPORTE”
Dirección Provincial de Deportes de la Provincia de Bs. As.
Sociedad Platense de Medicina del Deporte.
La Plata, 9 al l2 de Octubre de l987.

Temas:
“El niño y el deporte en la escuela” (Mesa Redonda).
“Principios básicos a tener en cuenta en una adecuada iniciación deportiva” (Taller con la primera presentación del tema).
Disertante-Coordinador invitado: Prof. ANTONIO GARCÍA.



2. Conjunto de textos breves. Eventos de origen:


JORNADAS SOBRE CULTURA DEL MIEDO Y LA VIOLENCIA EN EL HOGAR,
LA ESCUELA Y LA SOCIEDAD
Instituto Superior del Profesorado “Dr. Domingo Cabred”

Fundación CRESINVIO
Córdoba 1, 2 y 3 de octubre de 1998

Principios pedagógicos para la Iniciación deportiva:
Un llamado a la construcción de saberes, a la integración social y a la no violencia.
Conefenciante invitado: Prof. ANTONIO GARCÍA


"El objetivo de esta exposición no es abordar el concepto de violencia, ni las tipologías con que ésta se manifiesta a nivel social.
Creo, más bien, que puede ser de interés analizar las posibilidades de violencia en las prácticas deportivas, particularmente en lo que podríamos denominar “proceso de iniciación deportiva”. En este sentido deberemos realizar un recorte en torno a la problemática que presenta el citado proceso y, de esta manera, circunscribirnos al niño que se aproxima al deporte."






"Este abordaje supone una incursión por aspectos antropológicos, éticos, epistemológicos, pedagógicos, psicobiológicos y sociales. Así, no podrán dejar de analizarse las prácticas deportivas infantiles en relación a la naturaleza del niño, al deporte como bien cultural, al aprendizaje y a los modos sutiles con que se puede ejercer violencia –consciente o inconscientemente– por parte del adulto que propone al niño dichas prácticas."





"Desde un posicionamiento ideológico crítico, en que se intente analizar la sociedad actual en su perfil postmoderno, el fenómeno de la globalización y su incidencia en distintos aspectos de la cultura y de la educación, los profesionales involucrados debemos manifestarnos al respecto. Quienes nos desempeñamos en el campo de la hoy llamada cultura de lo corporal (Profesores de Educación Física, Entrenadores Deportivos, etc.) no podremos dejar de observar minuciosamente al deporte en su “qué” y en sus “para qué”, en su enorme penetración social, sea cual sea el ámbito comunitario en que se inserte y los intereses que promuevan su difusión."





"A partir de esta perspectiva, con el fin de prevenir o de asistir en el caso de maltrato infantil en la iniciación deportiva, es que estimo válido poner a consideración de los asistentes a estas Jornadas algunas reflexiones sobre la realidad (en un análisis de lo cotidiano), advirtiendo que este maltrato a veces se da en presencia o con el consentimiento de los padres, que creen que no es tal. A la vez, creo que la oportunidad es propicia para proponer nuevamente un conjunto de principios básicos que, según mi opinión, deberían tenerse en cuenta en distintas situaciones o lugares, en función de lo educativo, lo recreativo o lo competitivo-federativo. La finalidad de mi ponencia es dejar claramente esbozado que al hablar de "aprendizaje del y a través del deporte" deberían considerarse una serie de aspectos y de cuidados comunes a los distintos ámbitos donde el niño realiza su práctica. Dichos cuidados, de ser reconocidos necesarios, propongo sean aceptados en términos de acuerdos o principios pedagógicos básicos, los cuales fomentarán la consideración de aspectos inherentes al aprendizaje y la enseñanza, comunes a los distintos ámbitos de la práctica deportiva. Más aún, creo firmemente que disponer de “principios básicos para la iniciación deportiva”, deparará un tratamiento respetuoso de la persona del niño en su intento de “ser deportista”.
Véanse estos principios en los gráficos 7 a 11.





I JORNADAS INTERNACIONALES DE LA CULTURA DE LA PAZ
II JORNADAS NACIONALES DE LA CULTURA DEL MIEDO, LA VIOLENCIA Y EL HÁBITO EN EL HOGAR, LA ESCUELA Y LA SOCIEDAD
Ministerio de Educación – Gobierno de Sante Fe
Universidad Nac. del Litoral
Fundación CRESINVIO

Santa Fe, 17 al 19 de junio de 1999

Los juegos motores en el marco de la iniciación deportiva:
En búsqueda de la construcción de saberes, de la integración social y de la no violencia.

Panelista invitado: Prof. ANTONIO GARCÍA



"Continuando con la temática abordada el año anterior, en oportunidad de organizarse estas mismas jornadas anuales en la ciudad de Córdoba, es mi intención ahora destacar la importancia del juego motor en la iniciación deportiva, señalando sus valores como medio educativo. Se trata de un enfoque por el que se persigue la no imposición de contenidos, la construcción de saberes, la ética de la competencia antes que la supuesta ética del triunfo surgida de la necesidad de ganar, la comunicación, la erradicación de la violencia en el juego y, consecuentemente, la integración social."






"Desde esta perspectiva es conveniente abordar la idea de que el juego motor suele aparecer como medio preponderantemente educativo o preponderantemente recreativo y que, si bien ambas cosas se relacionan, didácticamente es aconsejable dejar en claro que la intencionalidad puede ser una u otra, siendo ello lo que define un proyecto. En tal sentido hay que admitir que en educación se persigue siempre un rédito en términos de aprendizaje y por ende, en este caso, al optar por el juego como medio; ello, de alguna manera, desnaturaliza al hecho recreativo que sólo tiene fines en sí mismo. Dicho de otra forma, no implica que la finalidad educativa, concretada en aprendizajes, se confunda con la recreativa ya que, como decíamos, la primera apunta a cierta producción por parte del sujeto (manifestada en los objetivos o en las expectativas de logro), mientras la segunda no admite productividad o rutina alguna."





"En este sentido procuraremos analizar al deporte como un bien cultural a transmitir, estando en ello comprometidos distintos aspectos sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje que el docente deberá conocer exhaustivamente. Nuestro intento será el de abordar la problemática de “enseñar por el juego un juego deportivo”, caracterizado éste por su alto nivel de complejidad, por la agonística y por la estabilidad de sus reglas; es decir, se trata de la problemática de enseñar el deporte, que no debe perder su esencia como juego y que, si no reflexionamos suficientemente y resignificamos su práctica, puede servir a la reproducción de modelos sociales discriminativos, elitistas, exageradamente competitivos y generadores de violencia (ya de los adultos que enseñan hacia los niños que aprenden, ya de los niños entre sí, ya de los futuros jugadores como miembros comprometidos de un espectáculo). Incluir a esto como parte de una propuesta educativa supone que el juego, desde un punto de vista experiencial, posibilita aprender sobre su propia naturaleza y modo de jugarlo, pero a la vez permite abordar conceptos, procedimientos, actitudes y capacidades que –muchas veces– van más allá de su propia estructura y son de alto valor educativo."




"Finalmente, en esta exposición y, posteriormente en el taller, intentaré aportar con un enfoque sobre juego que pretende superar el tecnicismo sobre cómo jugar, en el que caen muchos docentes, poniendo énfasis en la importancia de jugar para aprender (por ejemplo, para el gran tema que nos convoca será muy relevante, tanto en la Educación Física formal como no formal, “el aprendizaje de actitudes no violentas en el juego”). Al decir aprender, nos referimos preponderantemente a destrezas, habilidades y actitudes que han de ser parte de la disponibilidad psico-socio-motriz del alumno para poder disfrutar de prácticas deportivas que no se basen excluyentemente en paradigmas positivistas, capitalistas y propios de la globalización, que solo monetarizan y mercantilizan el deporte, fomentando sólo el consumismo de campeones, de éxitos basados en ganar de cualquier forma, y en un modelo caracterizado por “los pocos que juegan y los muchos que miran”.




I CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN
LA EDUCACIÓN FRENTE A LOS DESAFIOS DEL TERCER MILENIO.
Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba
Escuela Normal Superior “Alejandro Carbó”
Córdoba, 12, 13 y 14 de octubre de 2000


Simposio sobre “Educación por el Movimiento”
El deporte escolar: ¿reproductor o transformador de modelos sociales?
Conferenciante invitado: Prof. ANTONIO GARCÍA


En esta exposición intentaré dar lugar a un enfoque crítico de las distintas prácticas deportivas y la concepción de deporte que las sustentan. Para ello partimos del supuesto que nos presenta a la sociedad como un sistema de relaciones entre individuos o grupos que los lleva a compartir una vida total, oficiando esto como telón de fondo para la aparición de una estructura dinámica compuesta por instituciones interdependientes e interactuantes; en este sentido, la cantidad y calidad de estas relaciones, los procesos y los productos que se generan (en términos de cultura) distinguen a una sociedad de otra.
Desde el punto de vista en que se acepta a la sociedad como un sistema, hemos de distinguir también la aparición de distintos subsistemas que integran la misma. Dentro de éstos podemos observar a las instituciones, las cuales se comportan como conjuntos de pautas culturales que prescriben determinadas reglas de conducta, normalizan o definen modos de acción o relación social que se consideran relevantes y se interrelacionan en función de algún tipo de actividad humana o gran problema, como podría ser lo inherente a la educación, a la preservación de la salud comunitaria, a la economía, a la seguridad, a la defensa, etc.







En este contexto, es imposible hablar de sociedad sin que emerja con mucha fuerza la palabra cultura, que hace referencia a lo que ha sido capaz de producir el hombre viviendo en sociedad. Tampoco podemos dejar de apreciar, como directamente asociada a ello, a la palabra educación, que sintetiza la intención del hombre social por transmitir su cultura y por desarrollar sus capacidades de manera sistemática (tanto en lo formal o escolarizado, como en lo no formal o no escolarizado). De este modo, intentaremos ir perfilando nuestro tema; nos interesaremos inicialmente en la educación como modificadora o como reproductora de modelos sociales, para luego intentar ver a esto mismo en la Educación Física y, posteriormente en el Deporte, como forma sistematizada de movimiento; este último, en algunos casos, tomado como medio educativo.




Llegado a este punto, se hace imposible no incursionar en la relación Educación Física – Deporte. Al respecto intentaremos fijar claramente nuestra posición: no son la misma cosa pero se relacionan, siendo lo importante analizar sus relaciones, como también el “qué” y los “para qué” del deporte. Resultará evidente, entonces, que tanto la E.F. como el deporte, por ser en sí mismas producciones culturales, pueden utilizarse tanto al servicio de la preservación de un sistema social o al servicio de su transformación. Aparecerá aquí, sin dudas, el hecho de que las prácticas deportivas no son neutras o ingenuas desde la visión que tienen quienes las promueven, ya que éstos siempre parten de un posicionamiento ideológico que, en la mayoría de los casos, legitima las mismas, tanto en el campo de la Educación Física como en el campo del Deporte propiamente dicho. Por otra parte, aceptando que lo que ocurre en el sistema social, en términos de consenso o de conflicto, siempre se refleja en los distintos subsistemas (educativo, económico, de salud, etc.), en el marco de las teorías del conflicto podríamos inferir que las distintas prácticas deportivas, sea cual sea el subsistema social en que aparezcan, responden al objetivo final de quienes las promueven, sean estos los grupos sociales representativos de quienes detentan el poder o aquellos otros que representan a las minorías (u oposición). Los primeros tenderán a que se preserve el sistema social, mientras que los segundos ofrecerán alternativas o reclamarán cambios de fondo que, sin dudas, pondrán en juego la permanencia o continuidad del sistema en vigencia.





Es, en el marco de lo hasta aquí descripto, que es válido proponer un análisis de las prácticas deportivas, sobre todo de las que se dicen educativas tanto en lo formal como en lo no formal. Estamos altamente preocupados por lo que podrían considerarse modelos neoconservadores en el contexto de la postmodernidad, donde el consumismo hace estragos y, consecuentemente, prepondera una cultura “del tener” más que una cultura “del ser”. Si la industrialización tuvo una decisiva influencia en la aparición y desarrollo del deporte, bien cabe que nos preguntemos si hoy el deporte no se ha convertido en una industria, implementándose su práctica en función de alguno de los “para qué” más jerarquizados de acuerdo a la visión social capitalista dominante, olvidándose lo esencial o el “qué” del mismo y generando acciones no centradas en el hombre.





El deporte no puede ser considerado un hecho abstracto que, como estructura conceptual y como práctica, se da fuera de un contexto social. No podemos imaginar al deporte sin ubicarlo en un lugar y un tiempo determinado, en una sociedad y cultura determinada. Desde este punto de vista se pueden relacionar las prácticas deportivas a ciertas organizaciones sociales (escuela, club, parroquia, centro vecinal, etc.) con una clara intencionalidad que, lógicamente, responde a la misión social de cada una de éstas.
La continuidad de las citadas prácticas dentro de una organización social, determina su incorporación a la cultura del grupo social, junto con los valores acreditados a las mismas. De este modo se van institucionalizando a través de la acción de los grupos que las promueven y difunden. Podemos decir así que el deporte y su práctica se socializan, quedando para un análisis posterior los objetivos que persiguen, los cuales, desde el punto de vista social, podrían ser incluyentes o excluyentes.
Las prácticas deportivas pueden tener un carácter ingenuo en quien las realiza, pero no así en quien las promueve. La ideología de la organización o grupos sociales que implementan la oferta deportiva, no siempre está de acuerdo con los principios de igualdad de oportunidades y de equidad, en función de facilitar el acceso de todas las personas al deporte (considerado como bien cultural) surgiendo de este modo una política excluyente y discriminatoria. Para el enfoque que realizamos, dentro del sistema educativo se debería garantizar el acceso de todos los educandos al deporte, ya que se parte de una cuestión básica e ineludible: allí el deporte es un medio educativo en el marco de la Educación Física y la educación es un derecho de todos. Un párrafo especial puede ser válido para la organización escuela en relación a la institución deporte, dadas las características de la sociedad actual. La sociedad delega en la escuela la función prioritaria de la formación democrática pero, paradójicamente, no opera críticamente desde otras organizaciones frente a la desigualdad y no prepara al individuo para el cambio al que se dice apuntar. En relación a ello resulta afectada la inserción de la Educación Física y el Deporte como medio educativo; es así que cabe preguntarnos si el deporte que se realiza en la escuela prioriza lo educativo (deporte de la escuela) o prioriza la competitividad a ultranza, la comparación de marcas, el campeonismo, los resultados sin importar los procesos y cómo o dónde fueron llevados a cabo, la cantidad de participantes en los distintos eventos por sobre la calidad de las prácticas que los llevan a participar. En definitiva, se trata de no fomentar el elitismo y la discriminación en el hecho educativo (deporte en la escuela).
Al respecto propongo este tema para el debate: En la escuela..., ¿el Deporte fomenta la aparición de ciudadanos crítico-reflexivos o alienados?..., ¿con capacidad de decisión y autonomía o dependientes y sumisos?..., ¿responsables y solidarios o especuladores y hedonistas?…, ¿con una disponibilidad motora propia de las necesidades de la vida cotidiana o de las necesidades del campeón?. Difíciles preguntas que requieren comprometidas respuestas, particularmente, en el marco de la intencionalidad atribuida a la acción pedagógica de "Educar por el Movimiento".





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